LA HOLANDESA VOLADORA: FRANCINA ELSJE BLANKERS-KOEN
Cecilia Ruiz de Ríos
Aunque el monstrito verde de la envidia nunca ha tenido arrumacos conmigo, ahora que estoy patuleca no puedo dejar de soltar un suspiro pensando que hubiera sido bueno que la rauda y chela Fanny Blankers-Koen me hubiera heredado en su testamento sus fabulosas piernas voladoras. Francina Elsa Blankers-Koen, apodada “Fanny la Holandesa Voladora”, ha sido una de las atletas más prominentes de la historia de los juegos olímpicos.
Nacida el 26 de abril de 1918 y fallecida un 25 de enero del 2004 a causa del mal de Alzheimer, esta veloz rubia se dio el lujo de ganar cuatro medallas de oro en Londres en la Olimpiada de 1948 cuando ya estaba casada, “sometida”, era madre de dos chiquitos y solo se le conocía como ama de casa. Su apellido de soltera era Koen, y nació cerca de Baarn en Holanda, hija de Arnoldo y Helena Koen. Dotada de un pelo rubio como la mantequilla lavada y una expresión traviesa en su rostro de botoncito, desde chica le encantaba escalar árboles como gato, correr y jugar con camioncitos.
Ya entrando a la adolescencia como una graciosa marimachita, adoraba el tenis, la natación, gimnasia, patinaje sobre hielo y correr como el viento. Dado que deseaba dedicarse al deporte, buscó a un entrenador que le aconsejara por cual disciplina optar. El realista entrenador le dijo que ya que habían numerosos nadadores holandeses de renombre, no sería mala ideas jugarse su chance para clasificar para el equipo olímpico de atletismo.
El debut de Fanny fue en 1935, y un año más tarde la joven fue con el equipo olímpico de su país a los juegos de Berlín. Tenía 18 años y creyó morirse de la emoción cuando le pidió un autógrafo a la estrella norteamericana de raza negra Jesse Owens, quien en esos juegos se encargó de mostrarle al soberbio Hitler con cuántas papas hacían los negros un guiso de medallas de oro. Al saber que Fanny había ido a saludar a Owens, la ira del chacal nazi no tuvo fin y la llamó “zorra con nostalgia del lodo.”En esos juegos, Fanny no logró medalla alguna, pero al participar en salto alto y en el relevo de 4X100 metros obtuvo sexto y quinto lugar respectivamente.Fanny en 1938 ganaría sus primeras medallas internacionales. En el Campeonato Europeo que se dio en Viena ganó medalla de bronce en los 100 y 200 metros planos. Fanny se preparaba con ilusión para ganar medallas en los Juegos Olímpicos planificados para 1940 en Helsinki, pero la II Guerra Mundial la obligó a engavetar dichos planes. Esta cita se vio oficialmente anulada el 2 de mayo de 1940, una semana antes de que los nazis invadieran Holanda.
La guerra sin embargo no fue impedimento para que Fanny encontrase la felicidad en el amor. Dado que ya estaba comprometida con Jan Blankers, procedió a casarse con él un 29 de agosto de 1940, adoptando el nombre de Fanny Blankers-Koen. Blankers ya había participado en salto en los juegos olímpicos de 1928 y era cronista deportivo, así como el entrenador del equipo femenino de atletismo de Holanda. Inicialmente Blankers había sido de la opinión que las mujeres no debían participar en los juegos olímpicos, pero luego dejó de ser Cromagnon para tener ideas más progresistas, dado que Fanny-quien era 15 años menor que él-lo traía loquito.
Cuando Fanny parió en 1941 al primero de sus dos chiquillos-Jan junior-automáticamente se creyó que jamás volvería a correr o saltar. Resultaba imposible imaginarse una atleta casada y para colmo madre. Pero Fanny y su marido tenían otros planes, y ella volvió a la pista a pocas semanas de haber parido al niño. La guerra no sería impedimento para que Fanny impusiera seis nuevos récords mundiales. Era difícil entrenar, la comida escaseaba, y la situación era angustiante.
Dado que uno de los récords anteriormente había estado en posesión de Inglaterra, los nazis que ahora ocupaban Holanda quisieron politizar la hazaña de Fanny, pero cuando a ella le tocó ir a competir a Alemania, instó a sus compañeras de equipo a mostrar su desafío y se ataviaron con los colores y símbolos nacionales de Holanda.Fanny estuvo presente en el primer gran evento deportivo de la posguerra en 1946, en Oslo, Noruega, cuando se hizo el Campeonato de Europa. Al inicio del año Fanny había parido a su hija Fanny, pero esto no detuvo su entrenamiento. Aunque no logró quedar bien en el evento del salto alto, sus esfuerzos se vieron coronados con el éxito como parte del equipo para la carrera de relevos 4X100, y la carrera con obstáculos de 80 metros la ganó con facilidad.
Fanny estaba destinada a brillar en los Juegos Olímpicos de Londres en 1948, a pesar de que otros atletas y muchos críticos no veían con buenos ojos que una mujer casada, de 30 años de edad, madre de dos niños, estuviera compitiendo. Fanny en medio de tanta actividad experimentó una sensación de cavanga por su hogar, y sintiendo que echaba de menos a sus niños, le pidió a su esposo que la retirara de la competencia. Jan Blankers logró calmarla y la convención que no se retirara. De esta forma, Fanny pudo ganar sus 4 legendarias medallas olímpicas de oro.
Al regresar a Ámsterdam, una agitada muchedumbre le esperaba aplaudiendo y lanzando flores. Le llovieron elogios, regalos y más flores. Sus vecinos le regalaron una bicicleta “para que se tome la vida con más calma.”Tras su victoria en Londres, Fanny recibió un diluvio de ofertas para anuncios, patrocinios y similares. Debido a lo rígido de las reglas en cuanto a ser amateur, ella se vio obligada a decir que no. Pero en 1949 ella viajó al exterior a promover el atletismo femenino, visitando Australia y Estados Unidos.
En 1950 un escándalo lanzaría gotas de sieno sobre Fanny. En 1949, una joven talentosa llamada Foekje Dillema se destacó en el atletismo en Holanda y en 1950 rompió el record de los 200 metros planos. La prensa comenzó a llamarla “la nueva Fanny”. Parece ser que Jan Blankers, esposo de Fanny, pidió que le hicieran un examen médico para confirmar si se trataba de una mujer o un hombre. Aunque los resultados exactos del examen nunca se dieron a conocer, la chica-quien se veía bastante amasculinada-fue expulsada del equipo holandés de atletismo. Las compañeras de equipo de la chica expulsada afirmaban que Fanny usó a su marido para quitarse de encima a la rival.
Fanny posteriormente se luciría en muy buena forma en el Campeonato Europeo en Bruselas, Bélgica, ganando en los 100 mts. ,200 mts. y 80 mts. con obstáculos. A los 34 años participó en los Juegos Olímpicos de Helsinki. Estaba en excelente condición física, pero un absceso en la nalga le impidió dar lo mejor de sí.El 7 de agosto de 1955 Fanny ganó su última medalla de oro cuando compitió a nivel nacional en el lanzamiento de la bala.
Era su título no 58 en Holanda. Fanny luego se convirtió en la líder del equipo holandés de atletismo, desde 1958 en el Campeonato Europeo hasta la olimpiada de 1968 en México. En 1977 su marido Jan murió, y esta vez tuvo que hacerse independiente para buscar el sustento de su familia, ya que Jan siempre la había protegido. Unos años después de enviudar, Fanny se regresó a su terruño en Hoofddorf. En 1981 se estableció el evento llamado Juegos Fanny Blankers-Koen, y esta competencia deportiva aún se realiza anualmente en Hengelo. En 1999 Fanny volvió a saborear la fama y gloria cuando en una gala en Mónaco, fue declarada la “Atleta femenina más destacada del siglo” por la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo.
Fue una gratísima sorpresa. La vejez le jugó una triste broma a Fanny, quien comenzó a padecer de Alzheimer, al igual que el literato gringo Ralph Waldo Emerson y la bellísima actriz Rita Hayworth. Fanny debió ser internada en un sanatorio siquiátrico. Murió a los 85 años de edad en Hoofddorf. Existen biografías escritas sobre esta extraordinaria mujer, la primera de ellas basada en unos apuntes hechos por su esposo. Un año antes de su fallecimiento apareció otra en la cual echan por tierra su leyenda, afirmando que no era la mejor mami del mundo y que no sabía guisar muy bien. En esta versión la retratan como una mujer incapaz de dar amor y enloquecida por una obsesión de ganar siempre. Sea cual fuera la personalidad de la Holandesa Voladora, las lenguas envidiosas no pueden arrebatarle sus méritos, y como ya sabemos que los hombres jamás perdonan a una mujer que los supera, no es de extrañarse que unos pocos quieran manchar el nombre y recuerdo inmarcesible de esta genuina Nike (la diosa griega de la victoria)que puso muy en alto el prestigio de la patria de Rembrandt y Guillermo el Silencioso.
Cecilia Ruiz de Ríos
Aunque el monstrito verde de la envidia nunca ha tenido arrumacos conmigo, ahora que estoy patuleca no puedo dejar de soltar un suspiro pensando que hubiera sido bueno que la rauda y chela Fanny Blankers-Koen me hubiera heredado en su testamento sus fabulosas piernas voladoras. Francina Elsa Blankers-Koen, apodada “Fanny la Holandesa Voladora”, ha sido una de las atletas más prominentes de la historia de los juegos olímpicos.
Nacida el 26 de abril de 1918 y fallecida un 25 de enero del 2004 a causa del mal de Alzheimer, esta veloz rubia se dio el lujo de ganar cuatro medallas de oro en Londres en la Olimpiada de 1948 cuando ya estaba casada, “sometida”, era madre de dos chiquitos y solo se le conocía como ama de casa. Su apellido de soltera era Koen, y nació cerca de Baarn en Holanda, hija de Arnoldo y Helena Koen. Dotada de un pelo rubio como la mantequilla lavada y una expresión traviesa en su rostro de botoncito, desde chica le encantaba escalar árboles como gato, correr y jugar con camioncitos.
Ya entrando a la adolescencia como una graciosa marimachita, adoraba el tenis, la natación, gimnasia, patinaje sobre hielo y correr como el viento. Dado que deseaba dedicarse al deporte, buscó a un entrenador que le aconsejara por cual disciplina optar. El realista entrenador le dijo que ya que habían numerosos nadadores holandeses de renombre, no sería mala ideas jugarse su chance para clasificar para el equipo olímpico de atletismo.
El debut de Fanny fue en 1935, y un año más tarde la joven fue con el equipo olímpico de su país a los juegos de Berlín. Tenía 18 años y creyó morirse de la emoción cuando le pidió un autógrafo a la estrella norteamericana de raza negra Jesse Owens, quien en esos juegos se encargó de mostrarle al soberbio Hitler con cuántas papas hacían los negros un guiso de medallas de oro. Al saber que Fanny había ido a saludar a Owens, la ira del chacal nazi no tuvo fin y la llamó “zorra con nostalgia del lodo.”En esos juegos, Fanny no logró medalla alguna, pero al participar en salto alto y en el relevo de 4X100 metros obtuvo sexto y quinto lugar respectivamente.Fanny en 1938 ganaría sus primeras medallas internacionales. En el Campeonato Europeo que se dio en Viena ganó medalla de bronce en los 100 y 200 metros planos. Fanny se preparaba con ilusión para ganar medallas en los Juegos Olímpicos planificados para 1940 en Helsinki, pero la II Guerra Mundial la obligó a engavetar dichos planes. Esta cita se vio oficialmente anulada el 2 de mayo de 1940, una semana antes de que los nazis invadieran Holanda.
La guerra sin embargo no fue impedimento para que Fanny encontrase la felicidad en el amor. Dado que ya estaba comprometida con Jan Blankers, procedió a casarse con él un 29 de agosto de 1940, adoptando el nombre de Fanny Blankers-Koen. Blankers ya había participado en salto en los juegos olímpicos de 1928 y era cronista deportivo, así como el entrenador del equipo femenino de atletismo de Holanda. Inicialmente Blankers había sido de la opinión que las mujeres no debían participar en los juegos olímpicos, pero luego dejó de ser Cromagnon para tener ideas más progresistas, dado que Fanny-quien era 15 años menor que él-lo traía loquito.
Cuando Fanny parió en 1941 al primero de sus dos chiquillos-Jan junior-automáticamente se creyó que jamás volvería a correr o saltar. Resultaba imposible imaginarse una atleta casada y para colmo madre. Pero Fanny y su marido tenían otros planes, y ella volvió a la pista a pocas semanas de haber parido al niño. La guerra no sería impedimento para que Fanny impusiera seis nuevos récords mundiales. Era difícil entrenar, la comida escaseaba, y la situación era angustiante.
Dado que uno de los récords anteriormente había estado en posesión de Inglaterra, los nazis que ahora ocupaban Holanda quisieron politizar la hazaña de Fanny, pero cuando a ella le tocó ir a competir a Alemania, instó a sus compañeras de equipo a mostrar su desafío y se ataviaron con los colores y símbolos nacionales de Holanda.Fanny estuvo presente en el primer gran evento deportivo de la posguerra en 1946, en Oslo, Noruega, cuando se hizo el Campeonato de Europa. Al inicio del año Fanny había parido a su hija Fanny, pero esto no detuvo su entrenamiento. Aunque no logró quedar bien en el evento del salto alto, sus esfuerzos se vieron coronados con el éxito como parte del equipo para la carrera de relevos 4X100, y la carrera con obstáculos de 80 metros la ganó con facilidad.
Fanny estaba destinada a brillar en los Juegos Olímpicos de Londres en 1948, a pesar de que otros atletas y muchos críticos no veían con buenos ojos que una mujer casada, de 30 años de edad, madre de dos niños, estuviera compitiendo. Fanny en medio de tanta actividad experimentó una sensación de cavanga por su hogar, y sintiendo que echaba de menos a sus niños, le pidió a su esposo que la retirara de la competencia. Jan Blankers logró calmarla y la convención que no se retirara. De esta forma, Fanny pudo ganar sus 4 legendarias medallas olímpicas de oro.
Al regresar a Ámsterdam, una agitada muchedumbre le esperaba aplaudiendo y lanzando flores. Le llovieron elogios, regalos y más flores. Sus vecinos le regalaron una bicicleta “para que se tome la vida con más calma.”Tras su victoria en Londres, Fanny recibió un diluvio de ofertas para anuncios, patrocinios y similares. Debido a lo rígido de las reglas en cuanto a ser amateur, ella se vio obligada a decir que no. Pero en 1949 ella viajó al exterior a promover el atletismo femenino, visitando Australia y Estados Unidos.
En 1950 un escándalo lanzaría gotas de sieno sobre Fanny. En 1949, una joven talentosa llamada Foekje Dillema se destacó en el atletismo en Holanda y en 1950 rompió el record de los 200 metros planos. La prensa comenzó a llamarla “la nueva Fanny”. Parece ser que Jan Blankers, esposo de Fanny, pidió que le hicieran un examen médico para confirmar si se trataba de una mujer o un hombre. Aunque los resultados exactos del examen nunca se dieron a conocer, la chica-quien se veía bastante amasculinada-fue expulsada del equipo holandés de atletismo. Las compañeras de equipo de la chica expulsada afirmaban que Fanny usó a su marido para quitarse de encima a la rival.
Fanny posteriormente se luciría en muy buena forma en el Campeonato Europeo en Bruselas, Bélgica, ganando en los 100 mts. ,200 mts. y 80 mts. con obstáculos. A los 34 años participó en los Juegos Olímpicos de Helsinki. Estaba en excelente condición física, pero un absceso en la nalga le impidió dar lo mejor de sí.El 7 de agosto de 1955 Fanny ganó su última medalla de oro cuando compitió a nivel nacional en el lanzamiento de la bala.
Era su título no 58 en Holanda. Fanny luego se convirtió en la líder del equipo holandés de atletismo, desde 1958 en el Campeonato Europeo hasta la olimpiada de 1968 en México. En 1977 su marido Jan murió, y esta vez tuvo que hacerse independiente para buscar el sustento de su familia, ya que Jan siempre la había protegido. Unos años después de enviudar, Fanny se regresó a su terruño en Hoofddorf. En 1981 se estableció el evento llamado Juegos Fanny Blankers-Koen, y esta competencia deportiva aún se realiza anualmente en Hengelo. En 1999 Fanny volvió a saborear la fama y gloria cuando en una gala en Mónaco, fue declarada la “Atleta femenina más destacada del siglo” por la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo.
Fue una gratísima sorpresa. La vejez le jugó una triste broma a Fanny, quien comenzó a padecer de Alzheimer, al igual que el literato gringo Ralph Waldo Emerson y la bellísima actriz Rita Hayworth. Fanny debió ser internada en un sanatorio siquiátrico. Murió a los 85 años de edad en Hoofddorf. Existen biografías escritas sobre esta extraordinaria mujer, la primera de ellas basada en unos apuntes hechos por su esposo. Un año antes de su fallecimiento apareció otra en la cual echan por tierra su leyenda, afirmando que no era la mejor mami del mundo y que no sabía guisar muy bien. En esta versión la retratan como una mujer incapaz de dar amor y enloquecida por una obsesión de ganar siempre. Sea cual fuera la personalidad de la Holandesa Voladora, las lenguas envidiosas no pueden arrebatarle sus méritos, y como ya sabemos que los hombres jamás perdonan a una mujer que los supera, no es de extrañarse que unos pocos quieran manchar el nombre y recuerdo inmarcesible de esta genuina Nike (la diosa griega de la victoria)que puso muy en alto el prestigio de la patria de Rembrandt y Guillermo el Silencioso.
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