Emperador José II de Habsburgo

Emperador José II de Habsburgo
Al volante de la Máquina del Tiempo

Adelante internautas

Yo soy el Emperador José II de Habsburgo, gato quien gobierna desde el éter a su madre humana, la historiadora nicaragüense Cecilia.Hoy que se cumplen 6 años de mi ingreso triunfal al paraìso gatuno,donde fui coronado como emperador, mi madre hizo este blog en honor a mi memoria. Aquí voy recopilando el trabajo de mi madre en tres categorías: temas de la historia, personajes célebres y su obra cuentística y filosófica. Cualquier pregunta que deseen aclarar, tenéis el email cecilmundo@gmail.com para hacerlo. Ahora, a servirse la mesa.Bon appetit! Emperador José II de Habsburgo

Emperador navegando en su máquina del tiempo

Emperador navegando en su máquina del tiempo
en brazos de mi partera

domingo, 20 de abril de 2008

Las lecciones de los nenes

Cosas de Chiquillos... Apenas de Chavalos!
Cecilia Ruiz de Ríos
A veces los adultos somos los primeros en reír on dejo despectivo "cosas de chavalos, puras chiquilladas" cuando vemos los entuertos de nuestros hijos, pero a lo largo de la historia, a niños y adolescentes -incluyendo a Papa Chú que fue el bebé más celebrado del mundo al nacer-les tocó jugar papeles importantes cuando aún eran menores de edad.
Muchos niños fueron los protagonistas de uno de los episodios más espeluznantes de la historia: la Cruzada de los Niños. Ya se habían editado varias Cruzadas, las cuales fueron aventuras religiosas convocadas por el papa Urbano II cuando tuvo el antojo de ver unificado todo el mundo cristiano a como se le conocía en aquel medieval entonces.
Tras el fracaso aparatoso de varias cruzadas lidereadas por superestrellas reales como Ricardo Corazón de León y Federico I Barbarroja (quien acabó convertido en encurtido), a la Santa Sede se le ocurrió creer que Dios devolvería el santo sepulcro de su Hijo a la cristiandad si los que llegaban al rescate eran manos inocentes de niños. Esteban de Cloyes, un chavalo francés con mirada de loco y voz de locutor, agarró la vara y miles de niños entre las edades de 4 a 16 años fueron arrancados de sus hogares para irse en la Cruzada de los Niños.En Italia los pobres cipotes pasaron frío y hambre, hasta que una parte de ellos por fin pudo embarcarse mientras la otra mitad se iba por tierra a pura patita. Pocos de esos infantes lograron ver la Tierra Santa, ya que los que no fueron asesinados o mutilados, acabaron de chicos de placer de los turcos o sirvientas niñas en Bizancio. Pocos lograron regresar a sus hogares.
Muchos reyes llegaron a asumir responsabilidades siendo apenas menores de edad. Los casos más increíbles fueron los de dos reyes que nacieron siendo soberanos: Shapur II y Alfonso XIII. El caso de Shapur resulta asombroso ya que su papi, Ormuz, había sido depuesto por la oligarquía del reino sasánida por el gran pecado de ser justo con los pobres. Tras ser depuesto Ormuz, su reina embarazada se vio obligada a andar una corona encima de las menudencias para garantizar que al nacer el bebé, ya tuviera puesta inmediatamente la corona.
Cuando la reina sintió los primeros espasmos del parto, había una criada garantizando que la corona no se moviera de su sitio(léase las partes pudendas)y así Shapur II nació coronado, lo cual debió haber sido un monárquico estorbo para la mollera blanda del bebé. En el caso del rey borbónico de España, Alfonso XII acababa de fallecer de tisis cuando su embarazada segunda esposa, Ma.Cristina de Habsburgo, dio a luz. Nadie lo llamó Príncipe de Asturias, sino el rey desde que varias salvas de cañones anunciaron que era un macho, y por ende, el rey. Sin embargo, tan auspicioso recibimiento en este valle de lágrimas no le garantizó a Alfonso XIII la estabilidad de la corona, y tuvo que entregar la monarquía poco antes que España se sumiera en la sangrienta Guerra Civil.
Uno de los reyes niños más celebrados de la historia fue Luis XV, quien era un cipote de 6 años cuando su bisabuelo Luis XIV tuvo el mal tino de estirar su entaconada y elegante pata. Quedando en manos de su tío abuelo Felipe El Regente, era venerado por el pueblo y Felipe siempre lo trató con respeto. Sería un grandulón oloroso a cebolla quien le faltaría al respeto a Luis XV en la forma más cariñosa: Pedro I de Rusia, el Grande. El enorme zar visitaba París cuando tuvo la idea de conocer a Luis XV. Al ver al sonrosado chiquillo, Pedro olvidó todo protocolo y lo alzó en brazos, estampándole dos sonoroso y babeantes besos en las mejillas mientras lo estrujaba aparatosamente. Luisito logró conservar su sangre fría a duras penas mientras el Regente sudaba aceite de la verguenza.
Lamentablemente, Luis XV añoraría quizás esa compostura cuando creció y rigió por su propia mano, pues no se puede decir más de él que fue horrorosamente indisciplinado...hasta en la cama y en el Parque de los Ciervos, que era su burdel privado.
Si bien al Luis XV adulto le faltaba disciplina, al niño Wolfgang Amadeus Mozart le sobraba gracias a los sopapos de su padre. El chico prodigio no podía jugar con sus gatos ni llenarse la cara de mermelada, y sus primeras obras musicales fueron compuestas por él a los 6 años de edad. Chiquilladas como ésas creo que todos los padres del mundo las deseamos para nuestra prole, si no es que suspiramos al saber que nuestro Rubén Darío leyó de corrido siendo un chavalito de solo 3 años de edad.
Tanto Vercingétorix, caudillo avernio que casi derrota a las legiones romanas de Julio César cuando éste conquistó las Galias, como Juana de Arco, quien defendió el honor de Francia en el siglo XV, eran apenas adolescentes cuando el deber los llamó. No se quedaría atrás el adolescente Vladimir Drácula luchando contra los turcos tras la muerte de su papi y hermano mayor, ni el teenager Akbar asumiendo el trono y el ejército mugalo después que su insensato y bueno para nada padre Humayún murió al enredarse los pies en una escalinata. Mary Godwin, luego Shelley por su matrimonio con Percy Bysshe Shelley, concibió a su delicioso monstruo Frankenstein cuando era una adolescente de 18 años, siendo ésta una de las novelas más leídas del mundo y la base para tanta película de espanto de Hollywood.
Los niños gringos fueron los artífices de dos monumentos adorados de los Estados Unidos. Laddie Boy pasa a la historia como el perro presidencial más popular dado que era la sombra de Warren Gamaliel Harding hasta cuando éste hacía amores de conejo asustado en el closet del Despacho Oval con su infaltable Nan Britton. Los estridentes aullidos de Laddie Boy amenizaban al presidente en sus erotismos clandestinos, y el pobre perro se sintió como cúcala desarbolada cuando su zanganete amo murió. Los niños vende periódicos de los Estados Unidos entonces colectaron monedas para hacer la famosa estatua de Laddie Boy que hoy ostenta uno de los museos más populares de Gringolandia.
En la misma década de los Locos 20s los chiquillos yanquis ofrecieron su valioso aporte para terminar el monumento de los 4 presidentes en Mount Rushmore. La obra había sido iniciada cuando los fondos se acabaron merced a la crisis económica que llevaría a la caída de la Bolsa en el Lunes Negro de 1929. Los chiquitos escolares recolectaron dinero para que las figuras de los 4 presidentes no se quedaran a medio palo, digo, media piedra. Al ver el entusiasmo de los chavalos, el congreso gringo apoyó...y como resultado de esa chiquillada, EEUU ostenta hoy el original Mount Rushmore, tributo a 4 de sus más grandes estadistas.

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