KUBLAI KHAN: MONARCA PROGRESISTA, BUEN MARIDO Y GRAN EMPRENDEDOR
Cecilia Ruiz de Ríos
Uno de los mejores monarcas de la historia fue un mongol que descendía del pavoroso Genghis Khan a través del hijo menor del Señor de las Estepas, y llegó a ser tan sabio y emprendedor que fundó la dinastía Yuan en el trono chino. Nacido en 1215, su madre tuvo el alcance de educarle de forma muy distinta a los otros príncipes mongoles, y gracias a su erudición, conocimiento de la historia e inclinación por la filosofía llegaría a ser uno de los soberanos más justos de todos los tiempos. Kublai era hijo de Toluia, uno de los hijos menores de la pareja formada por Genghis y su primera esposa Burte, y la sabia y audaz Sorghagtani Beki, quien probó que bajo su aspecto de muñequita tenía una sesera envidiable y un carácter a prueba de tentaciones. Al enviudar Sorghagtani Beki de Toluia, esta valiente mujer crió con mano de hierro a Kublai y sus hermanos, educándoles con los mejores profes que pudo conseguir y jamás permitiéndoles a sus chavalos que olvidaran su derecho al trono mongol. Tras una batalla religiosa entre los budistas y los taoístas, la cual llevó hacia la muerte de Mongke, Kublai por fin fue coronado. Cuando Mongke, el hermano mayor de Kublai, ascendió al trono, Kublai asumió el mando militar y apoyó a su hermano mayor cumpliendo a cabalidad con sus responsabilidades como sucesor inmediato.
Pero el hermanito menor del rollizo Kublai, Arigh Boki, no estaba contento. Tenía ambiciones para sí mismo como rey y no iba a dejar a Kublai reinar en paz. Con el apoyo de varios mongoles, Arigh Boki desafió la autoridad de Kublai. Kublai habría de salir airoso de este aprieto, ya que le cortó los suministros a su hermanito cuando éste quiso apoderarse de la parte sur del imperio. Siendo gran Khan del Norte, Kublai en 1260 desarrolló un nuevo tipo de control rodeándose de una variedad de asesores religiosos para no quedar mal con nadie. Mostrando una gran tolerancia hacia los más diversos credos religiosos, trabó incondicional amistad con su pueblo. Poco a poco este ex nómada fue conquistando grandes porciones del imperio chino, dado que era tremendo jefe militar que desconocía el miedo por completo.
La transformación de Kublai de un agresivo conquistador hacia un benévolo monarca habría de llevar a China hacia una nueva era de prosperidad y avance científico. Increíblemente curioso, fomentó el acercamiento entre educadores y el pueblo, y aprovechó para continuar su educación con tutores privados. Además de proporcionar libertad irrestricta de cultos mientras en Europa los reyes medievales hacían zanganadas a los judíos o perseguían a sectas cristianas como los cátaros, Kublai incrementó las agencias de ayuda social, creó un eficientísimo sistema de correos (que bien podría ser consultado para mejorar nuestro decrépito sistema en Nicaragua), estableció un sólido papel moneda. Reorganizó y mejoró los caminos, y creó un sistema rápido de distribución de agua potable. Kublai decidió mover la capital de invierno desde territorio mongol hacia la ciudad china de Dadu, que hoy en día es Pekín.
La capital veraniega fue establecida en Shagdu, a la cual le llamaron los occidentales Xanadu. En esta ciudad construyó un palacio que pasó a ser legendario, sobre todo cuando el bardo ingles Samuel Taylor Coleridge hizo el famoso poema de “en Xanadu hizo Kublai Khan su domo del placer.” En 1275, Kublai estaba destinado a toparse con el mejor amigo de toda su larga vida: el veneciano Marco Polo, quien había llegado a China acompañado de su papi y su tío con proyectos comerciales. El ilustrado Kublai y el sagaz Marco trabaron amistad a primera impresión, y hasta le caía bien a la hermosa Chabbi, la adorable y muy adorada primera consorte de Kublai.Marco Polo estaba impresionadísimo al visitar Xanadu. Pronto se convirtió en un valioso colaborador del monarca, quien le rogaba que nunca regresara a Venecia. Marco, cuando a escondidas logró huir de China hacia su Venecia natal, sería el periodista empírico responsable de alborotar a tantos exploradores para que fueran a explorar mundo, ya que sus relatos eran fabulosos.
Kublai como conquistador comenzó a aflojarse debido a su adaptación a la vida sedentaria de los chinos. Cuando le dieron antojos de conquistar más tierras, ya habiendo creado una naviera potente (sorprendente hecho, pues los mongoles nunca fueron marineros antes del reino de Kublai), le esperaban dos vergüenzas tratando de conquistar el Japón. Tanto en la primera intentona como en la segunda, le aguardaría mal tiempo en el Japón. Pero fue en la segunda ocasión cuando las naves de Kublai se vieron azotadas por una pavorosa tormenta que los japoneses llamaron kamikaze(o viento divino salvador de los dioses) y los pobres mongoles se quedaron ahogados, o deseando nunca haber participado en tan desventurada expedición bélica. Kublai en su vejez se llevó golpe tras golpe, pero lo peor no fue su derrota ante los nipones, sino la súbita muerte de Chabbi, su primera esposa, en 1281. Aunque Kublai tenía 4 esposas en total, Chabbi era su yunta inseparable y la adoraba tiernamente. Para colmo, poco después de enviudar de Chabbi, se murió el heredero de Kublai, quien era el hijo mimado habido por el rey con su Chabbi. La pérdida de sus dos seres más queridos lo dejó deprimido. Siempre contaba con su gran sabiduría y astucia, a tal punto que nombró su dinastía Yuan (que significa orígenes en antiguo chino) para congraciarse con sus súbditos.
El tiempo habría de probar que la fuerza de la dinastía Yuan se encontró solo en Kublai, no así sus sucesores. Fue perdiendo interés en centralizar las gestiones de su gobierno, y echando de menos a su fiel Chabbi, murió achacoso debido a cirrosis, obesidad, diabetes y colesterol excesivo ya que se hizo bolo consuetudinario y glotón a más no poder, en el año 1294, dejando el recuerdo de uno de los monarcas más ilustrados de la historia.
Cecilia Ruiz de Ríos
Uno de los mejores monarcas de la historia fue un mongol que descendía del pavoroso Genghis Khan a través del hijo menor del Señor de las Estepas, y llegó a ser tan sabio y emprendedor que fundó la dinastía Yuan en el trono chino. Nacido en 1215, su madre tuvo el alcance de educarle de forma muy distinta a los otros príncipes mongoles, y gracias a su erudición, conocimiento de la historia e inclinación por la filosofía llegaría a ser uno de los soberanos más justos de todos los tiempos. Kublai era hijo de Toluia, uno de los hijos menores de la pareja formada por Genghis y su primera esposa Burte, y la sabia y audaz Sorghagtani Beki, quien probó que bajo su aspecto de muñequita tenía una sesera envidiable y un carácter a prueba de tentaciones. Al enviudar Sorghagtani Beki de Toluia, esta valiente mujer crió con mano de hierro a Kublai y sus hermanos, educándoles con los mejores profes que pudo conseguir y jamás permitiéndoles a sus chavalos que olvidaran su derecho al trono mongol. Tras una batalla religiosa entre los budistas y los taoístas, la cual llevó hacia la muerte de Mongke, Kublai por fin fue coronado. Cuando Mongke, el hermano mayor de Kublai, ascendió al trono, Kublai asumió el mando militar y apoyó a su hermano mayor cumpliendo a cabalidad con sus responsabilidades como sucesor inmediato.
Pero el hermanito menor del rollizo Kublai, Arigh Boki, no estaba contento. Tenía ambiciones para sí mismo como rey y no iba a dejar a Kublai reinar en paz. Con el apoyo de varios mongoles, Arigh Boki desafió la autoridad de Kublai. Kublai habría de salir airoso de este aprieto, ya que le cortó los suministros a su hermanito cuando éste quiso apoderarse de la parte sur del imperio. Siendo gran Khan del Norte, Kublai en 1260 desarrolló un nuevo tipo de control rodeándose de una variedad de asesores religiosos para no quedar mal con nadie. Mostrando una gran tolerancia hacia los más diversos credos religiosos, trabó incondicional amistad con su pueblo. Poco a poco este ex nómada fue conquistando grandes porciones del imperio chino, dado que era tremendo jefe militar que desconocía el miedo por completo.
La transformación de Kublai de un agresivo conquistador hacia un benévolo monarca habría de llevar a China hacia una nueva era de prosperidad y avance científico. Increíblemente curioso, fomentó el acercamiento entre educadores y el pueblo, y aprovechó para continuar su educación con tutores privados. Además de proporcionar libertad irrestricta de cultos mientras en Europa los reyes medievales hacían zanganadas a los judíos o perseguían a sectas cristianas como los cátaros, Kublai incrementó las agencias de ayuda social, creó un eficientísimo sistema de correos (que bien podría ser consultado para mejorar nuestro decrépito sistema en Nicaragua), estableció un sólido papel moneda. Reorganizó y mejoró los caminos, y creó un sistema rápido de distribución de agua potable. Kublai decidió mover la capital de invierno desde territorio mongol hacia la ciudad china de Dadu, que hoy en día es Pekín.
La capital veraniega fue establecida en Shagdu, a la cual le llamaron los occidentales Xanadu. En esta ciudad construyó un palacio que pasó a ser legendario, sobre todo cuando el bardo ingles Samuel Taylor Coleridge hizo el famoso poema de “en Xanadu hizo Kublai Khan su domo del placer.” En 1275, Kublai estaba destinado a toparse con el mejor amigo de toda su larga vida: el veneciano Marco Polo, quien había llegado a China acompañado de su papi y su tío con proyectos comerciales. El ilustrado Kublai y el sagaz Marco trabaron amistad a primera impresión, y hasta le caía bien a la hermosa Chabbi, la adorable y muy adorada primera consorte de Kublai.Marco Polo estaba impresionadísimo al visitar Xanadu. Pronto se convirtió en un valioso colaborador del monarca, quien le rogaba que nunca regresara a Venecia. Marco, cuando a escondidas logró huir de China hacia su Venecia natal, sería el periodista empírico responsable de alborotar a tantos exploradores para que fueran a explorar mundo, ya que sus relatos eran fabulosos.
Kublai como conquistador comenzó a aflojarse debido a su adaptación a la vida sedentaria de los chinos. Cuando le dieron antojos de conquistar más tierras, ya habiendo creado una naviera potente (sorprendente hecho, pues los mongoles nunca fueron marineros antes del reino de Kublai), le esperaban dos vergüenzas tratando de conquistar el Japón. Tanto en la primera intentona como en la segunda, le aguardaría mal tiempo en el Japón. Pero fue en la segunda ocasión cuando las naves de Kublai se vieron azotadas por una pavorosa tormenta que los japoneses llamaron kamikaze(o viento divino salvador de los dioses) y los pobres mongoles se quedaron ahogados, o deseando nunca haber participado en tan desventurada expedición bélica. Kublai en su vejez se llevó golpe tras golpe, pero lo peor no fue su derrota ante los nipones, sino la súbita muerte de Chabbi, su primera esposa, en 1281. Aunque Kublai tenía 4 esposas en total, Chabbi era su yunta inseparable y la adoraba tiernamente. Para colmo, poco después de enviudar de Chabbi, se murió el heredero de Kublai, quien era el hijo mimado habido por el rey con su Chabbi. La pérdida de sus dos seres más queridos lo dejó deprimido. Siempre contaba con su gran sabiduría y astucia, a tal punto que nombró su dinastía Yuan (que significa orígenes en antiguo chino) para congraciarse con sus súbditos.
El tiempo habría de probar que la fuerza de la dinastía Yuan se encontró solo en Kublai, no así sus sucesores. Fue perdiendo interés en centralizar las gestiones de su gobierno, y echando de menos a su fiel Chabbi, murió achacoso debido a cirrosis, obesidad, diabetes y colesterol excesivo ya que se hizo bolo consuetudinario y glotón a más no poder, en el año 1294, dejando el recuerdo de uno de los monarcas más ilustrados de la historia.
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