LOS GRANDES HISTORIADORES DE TODOS LOS TIEMPOS
Cecilia Ruiz de Ríos
Cecilia Ruiz de Ríos
La historia es una de esas cosas que por màs que nos encojone que nuestro rey favorito sea homosexual o nuestro entrepreneur predilecto haya sido amigazo de Hitler, a como decìa el griego Agatòn "ni los dioses pueden cambiar el pasado" y tratar de tapar al mero sol con el dedo no solo es frustrante e inùtil, sino que tambièn puede poner en ridìculo hasta a quien crea ser erudito solo por poseer un pobre pene que tal vez ya ni le funcione.
Mi padre tiene la culpa de que yo sea historiadora. Còmo no serlo si la historia misma en èl vivìa en mi casa? Y aùn consciente que a los historiadores nos ven a veces los ignorantes como tarados que deberìamos ser manejados con correa-sobre todo si somos hembras-creo que todos los dìas dle mundo y no solo el 30 de noviembre son dìas del historiador.
Un 30 de noviembre en el palacio de Blenheim en Inglaterra vino al mundo uno de los estadistas e historiadores más adorados de todos los tiempos, Sir Winston Churchill, y a partir de mediados del siglo XX los “tarados con correa”(léase historiadores, pues así nos mira la mayor parte de la gente que no lee)hemos venido celebrando el Día Mundial del Historiador casi en la clandestinidad. A lo largo de la historia unos cuantos genios han brindado importantísimos aportes en lo que yo considero como “el quehacer más delicioso de toda la pelotita del mundo.”
Oficialmente, el barbudo griego Herodoto fue el primer hijo mortal de la musa Clío, la cual en la mitología griega es una sesuda beldad que patrocina la historia. Herodoto asomó su prodigiosa sesera al mundo en Halicarnaso alrededor del año 484, en otoño, poco antes de las guerras contra Persia. Con cero pelos en la lengua, el padre de la historia se metió en líos con un tirano analfabestia llamado Lygdamis y fue exiliado a Samos, y ahí dio a luz a sus 9 libros con dedicatorias a las musas. Herodoto escribió sobre las guerras entre Grecia y Persia destacando personajes como Ciro el Grande y Creso, luego se fue a Italia y ahí murió, siendo enterrado cerca de un mercado. Xenofonte, militar, domador de corceles, historiador y filósofo, se perfila como uno de los seres humanos más dotados por la naturaleza, ya que además era hermosísimo. Nacido en Atenas hacia 430 antes de Cristo, pertenecía a una familia acomodada y desde joven se vio atraído hacia la acción bélica, participando en la guerra contra los persas cuando Artaxerxes II estaba en el poder . De esas experiencias Xenofonte escribiría su celebérrimo Anabasis, rico en detalles de la época y uno de los libros más sabrosos de toda la historia. Muchos detalles sobre el nacimiento del imperio persa yacen en las páginas de su Ciropedia, mientras que la obra Hellenica es de rigor para los especialistas en historia griega.
El imperio romano dio numerosos historiadores de considerable prestigio. Julio César, gran mandamás que fue gran general, amante insaciable e historiador, después de hacer destrozos en Avernia, escribió el citadísimo libro La Conquista de las Galias, en el cual narra la épica victoria que obtuvo en lo que hoy es el macizo central de Francia. Punto de referencia ineludible para historiadores, en realidad ni la mitad de los que cacarean haber leído esta obra de hecho la han sostenido entre manos, pero esto no le quita el mérito a Julio César como historiador. Consta de 7 libros, siendo el primero escrito durante su estadía en la Galia cuando conoció a Vercingétorix.
Claudio I El Historiador, emperador romano que subió al trono después que mataron a su sobrino Calígula reduciéndole las menudencias a salpicón, fue una gran autoridad sobre historia etrusca y sus valiosos volúmenes son un faro para guiar a los conocedores hacia esa época de la historia. Gayo Suetonio Tranquilo, nacido en el año 75 de la era cristiana y muerto en 160, fue secretario durante el mando de Adriano. Su obra inmortal indudablemente es “Vidas de los 12 Césares”. Flavio Josefo, soldado e historiador judío, nació como Josefo Ben Mattathias en Jerusalén en el año 37 de la era cristiana, cuando Jesús tenía poco de haber sido crucificado y los judíos tenían el yugo romano encima. Aunque Josefo no gustaba de estar dominado por los romanos, se dio cuenta que estaban destinados a salir perdiendo. Cuando la ciudad de Jotapata cauó en las garras romanas del general Vespasiano, Josefo se escondió en una cueva y hasta juró suicidarse, pero al final de cuenta no lo hizo .Al ser capturado por Vespasiano, le profetizó grandeza, y así salvó su pellejo. Cuando Vespasiano se hizo emperador, liberó a su adorado Josefo, lo adoptó a tal punto que le dio su apellido(Flavio) y le dio vida de rico. Flavio Josefo pudo dedicarse a escribir crónicas sobre la guerra entre los judíos y los romanos .Por su asesoría hacia Tito, el heredero de Vespasiano, fue llamado traidor.
Nacido alrededor del año 45 de la era cristiana y fallecido en 125, Mestrius Plutarco comenzó como sacerdote del oráculo de Delfos cuando ya Grecia era apenas un territorio del devorador imperio romano. Estaba destinado a conocer la felicidad conyugal con su devota y consentidora esposa, teniendo varios hijos, y viviendo en paz en Quironea. La exquisita pluma de Plutarco le ganó el respeto y admiración del imperio romano, incluso por los mandamases Nerva, Trajano y Adriano, quienes eran sus ávidos lectores. Sus obras más célebres son la Moralia y Las Vidas Paralelas, y en esta obra iniciada ya en su madurez (alrededor del año 100 después de Cristo)describe con lujo de detalles las vidas de gloriosos héroes griegos y romanos, como Epaminondas, Pericles o Escipión Africano.
Y no podemos cerrar este artículo sin mencionar a la primera mujer historiador de todos los tiempos, la famosa princesa bizantina Anna Comnena, nacida en 1083 y muerta en 1153. Ella es la mejor fuente de información sobre el reino de su papá, el emperador Alexis I. En sus obras no solo describe la barbarie de la primera cruzada, sino que además da detalles sustanciosos de las costumbres, ceremonias y pormenores de la vida en la corte bizantina. Esta obra se llamó La Alexiada. En 1097 se casó con otro historiador y trató de urdir una trama para darle el trono a su esposo, pero ésta falló. Tras la muerte del marido, entró a un convento dedicado a la enseñanza.
Un 30 de noviembre en el palacio de Blenheim en Inglaterra vino al mundo uno de los estadistas e historiadores más adorados de todos los tiempos, Sir Winston Churchill, y a partir de mediados del siglo XX los “tarados con correa”(léase historiadores, pues así nos mira la mayor parte de la gente que no lee)hemos venido celebrando el Día Mundial del Historiador casi en la clandestinidad. A lo largo de la historia unos cuantos genios han brindado importantísimos aportes en lo que yo considero como “el quehacer más delicioso de toda la pelotita del mundo.”
Oficialmente, el barbudo griego Herodoto fue el primer hijo mortal de la musa Clío, la cual en la mitología griega es una sesuda beldad que patrocina la historia. Herodoto asomó su prodigiosa sesera al mundo en Halicarnaso alrededor del año 484, en otoño, poco antes de las guerras contra Persia. Con cero pelos en la lengua, el padre de la historia se metió en líos con un tirano analfabestia llamado Lygdamis y fue exiliado a Samos, y ahí dio a luz a sus 9 libros con dedicatorias a las musas. Herodoto escribió sobre las guerras entre Grecia y Persia destacando personajes como Ciro el Grande y Creso, luego se fue a Italia y ahí murió, siendo enterrado cerca de un mercado. Xenofonte, militar, domador de corceles, historiador y filósofo, se perfila como uno de los seres humanos más dotados por la naturaleza, ya que además era hermosísimo. Nacido en Atenas hacia 430 antes de Cristo, pertenecía a una familia acomodada y desde joven se vio atraído hacia la acción bélica, participando en la guerra contra los persas cuando Artaxerxes II estaba en el poder . De esas experiencias Xenofonte escribiría su celebérrimo Anabasis, rico en detalles de la época y uno de los libros más sabrosos de toda la historia. Muchos detalles sobre el nacimiento del imperio persa yacen en las páginas de su Ciropedia, mientras que la obra Hellenica es de rigor para los especialistas en historia griega.
El imperio romano dio numerosos historiadores de considerable prestigio. Julio César, gran mandamás que fue gran general, amante insaciable e historiador, después de hacer destrozos en Avernia, escribió el citadísimo libro La Conquista de las Galias, en el cual narra la épica victoria que obtuvo en lo que hoy es el macizo central de Francia. Punto de referencia ineludible para historiadores, en realidad ni la mitad de los que cacarean haber leído esta obra de hecho la han sostenido entre manos, pero esto no le quita el mérito a Julio César como historiador. Consta de 7 libros, siendo el primero escrito durante su estadía en la Galia cuando conoció a Vercingétorix.
Claudio I El Historiador, emperador romano que subió al trono después que mataron a su sobrino Calígula reduciéndole las menudencias a salpicón, fue una gran autoridad sobre historia etrusca y sus valiosos volúmenes son un faro para guiar a los conocedores hacia esa época de la historia. Gayo Suetonio Tranquilo, nacido en el año 75 de la era cristiana y muerto en 160, fue secretario durante el mando de Adriano. Su obra inmortal indudablemente es “Vidas de los 12 Césares”. Flavio Josefo, soldado e historiador judío, nació como Josefo Ben Mattathias en Jerusalén en el año 37 de la era cristiana, cuando Jesús tenía poco de haber sido crucificado y los judíos tenían el yugo romano encima. Aunque Josefo no gustaba de estar dominado por los romanos, se dio cuenta que estaban destinados a salir perdiendo. Cuando la ciudad de Jotapata cauó en las garras romanas del general Vespasiano, Josefo se escondió en una cueva y hasta juró suicidarse, pero al final de cuenta no lo hizo .Al ser capturado por Vespasiano, le profetizó grandeza, y así salvó su pellejo. Cuando Vespasiano se hizo emperador, liberó a su adorado Josefo, lo adoptó a tal punto que le dio su apellido(Flavio) y le dio vida de rico. Flavio Josefo pudo dedicarse a escribir crónicas sobre la guerra entre los judíos y los romanos .Por su asesoría hacia Tito, el heredero de Vespasiano, fue llamado traidor.
Nacido alrededor del año 45 de la era cristiana y fallecido en 125, Mestrius Plutarco comenzó como sacerdote del oráculo de Delfos cuando ya Grecia era apenas un territorio del devorador imperio romano. Estaba destinado a conocer la felicidad conyugal con su devota y consentidora esposa, teniendo varios hijos, y viviendo en paz en Quironea. La exquisita pluma de Plutarco le ganó el respeto y admiración del imperio romano, incluso por los mandamases Nerva, Trajano y Adriano, quienes eran sus ávidos lectores. Sus obras más célebres son la Moralia y Las Vidas Paralelas, y en esta obra iniciada ya en su madurez (alrededor del año 100 después de Cristo)describe con lujo de detalles las vidas de gloriosos héroes griegos y romanos, como Epaminondas, Pericles o Escipión Africano.
Y no podemos cerrar este artículo sin mencionar a la primera mujer historiador de todos los tiempos, la famosa princesa bizantina Anna Comnena, nacida en 1083 y muerta en 1153. Ella es la mejor fuente de información sobre el reino de su papá, el emperador Alexis I. En sus obras no solo describe la barbarie de la primera cruzada, sino que además da detalles sustanciosos de las costumbres, ceremonias y pormenores de la vida en la corte bizantina. Esta obra se llamó La Alexiada. En 1097 se casó con otro historiador y trató de urdir una trama para darle el trono a su esposo, pero ésta falló. Tras la muerte del marido, entró a un convento dedicado a la enseñanza.
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