LAS MALDICIONES MÁS PAVOSAS DE LA HISTORIA
Cecilia Ruiz de Ríos
En una agitada clase de Historia Contemporánea II, una de mis alumnas me preguntó al mencionar a los Romanov y Rasputín si era cierto que el famoso y sexy "Monje Loco" le echó sal a Nicolás II afirmando que si algo le pasaba a él, la dinastía caería como castillo de naipes. La realidad es que aunque yo no creo en maldiciones, hay unas cuantas coincidencias raras en la historia.
Mientras le arrancaban las entrañas y lo capaban a plena vista y paciencia del público inglés en agosto de 1305, el gran independentista William Wallace le soltó una maldición a Eduardo I Pataslargas, afirmando que su dinastía(la de los Plantagenet) acabarían destronados por falta de heredero. También le susurró que las pagaría con su hijo Eduardo II, lo cual se cumplió, pues al subir al trono este hijo de Pataslargas se dedicó a protagonizar el bulto, el cuadro y el ridículo. El pobre homosexual acabó siendo destronado por su propia esposa y el amante de ésta, solo para luego ser ejecutado en el castillo Berkeley con hierros candentes introducidos por el trasero. Con el correr del tiempo la dinastía Plantagenet se fue deteriorando hasta ser un cero a la izquierda.
Felipe IV el Bello fue uno de los reyes más trágicos de Francia. Se le ocurrió no solo echarle el guante a la fortuna de los Templarios, sino que también hizo un asado con el Gran Maestre de esta orden, Jacques de Molay. Mientras las llamas devoraban al anciano Molay, éste maldijo a Felipe afirmando que sus tres hijos morirían sin herederos y que en menos de un año, el monarca y él se verían al otro lado de la muerte para ajustar cuentas. Esta no fue la única maldición caída sobre Felipe IV el Bello de Francia. Dado que se había dado a la tarea de mandar a su fiel Guillermo de Nogaret a sopapear al papa Bonifacio al mismito palacio de Agnani donde el sumo pontífice vivía, el papa en cuestión también lo maldijo antes de morir de pena moral tras ser nalgueado por Nogaret. Efectivamente, el pobre monarca murió antes de cumplirse un año de la muerte de Molay y Bonifacio, y sus tres hijos-quienes calentaron el taburete real por turno-todos murieron sin dejar el ansiado heredero varón.
A la hora de convocar a la "pava"(mala suerte), nadie le ganaba a Miguel de Nostradamus, el sabio médico y vidente judío que nos legó Las Centurias. Al sentir que la muerte se acercaba, el barbudísimo astrólogo afirmó que quien profanara su tumba y tocara sus huesos moriría de forma atroz. Esto se cumplió cuando siglos después que estiró la pata, unos soldados se pusieron a jugar con la huesera del vidente y uno de ellos incluso bebió vino usando el cráneo de Nostradamus como copa. Efectivamente, todos los involucrados en la desecración de la tumba de Nostradamus murieron violentamente, dos de ellos en accidentes increíbles y los otros tres asesinados.
Una gitana quien se acostó con el rey Felipe IV de España se llevó tamaño disgusto cuando el soberano no quiso volverse a refocilar con ella. Echando una maldición sobre el monarca, le juró que tendría con su segunda esposa un genuino monstruo con el cual acabaría la estirpe de los Habsburgo en España. Con su pariente y segunda consorte Mariana de Austria, Felipe IV efectivamente engendró a Carlos II, último monarca de la casa de Austria en España y uno de los tarados más espeluznantes de la historia.
Otra amante despechada se ensañó contra un monarca cuando éste no quiso reconocerle públicamente al hijo espurio que le dio. La húngara Zita Andrassy parió un chavalo ciego del emperador Francisco José I de Habsburgo, el flamante esposo de Sissi de Wittelsbach. Zita quiso que Francisco José le diera apellido y dinero por el chico, pero cuando él ni la recibió(estaba recién casado y loco enamorado de Sissi ) ella envió una nota diciendo que las pagaría con una maldición sobre su familia. Zita prometió muerte para una recién nacida(en efecto una de las hijas de la real pareja murió en la infancia), suicidio para el heredero(en efecto, Rodolfo se suicidó con su amante en enero de 1889), asesinato para Sissi (quien fue ultimada con una lima filosa en Suiza en 1898) y disgustos en su vejez para Francisco José I(quien peleó con su sobrino Francisco Ferndinando cuando contrajo matrimonio con Sofía Chotek, para colmo muriendo estos esposos asesinados en 1914 en Sarajevo).
Rasputín llegó a obtener grandes cuotas de poder sobre el zar Nicolás II Romanov debido a que era el único capaz de aliviar al hemofílico heredero al trono, Alexis. Rasputín jugaba a ser Dios con la política rusa, se hablaba de amoríos entre él y la zarina Alejandro y la gente le odiaba casi tanto como a los despilfarradores zares. Sabiendo que miembros de la nobleza le detestaban por su ascendente sobre la familia real, Rasputín emitió su advertencia con visos de maldición,"Si a mí me pasa algo, tú vas después a la muerte y el desastre," le dijo a Nicolás II. Rasputín fue asesinado un 30 de diciembre de 1916, ahogándose en gélidas aguas tras haber probado veneno y ser el blanco de varios tiros. Poco después, la revolución bolchevique llegó a su hervor y los zares con sus hijas, el heredero enclenque y hasta el perro spaniel Jimmy fueron ultimados un 16 de julio de 1918 en Ekaterinburgo.
Quizás una de las maldiciones más tenebrosas de la historia fue la que se cumplió al abrir el inglesito Carter la tumba del gran faraón egicpio Tutankhamen. Casi todos los involucrados en la apertura de la tumba murieron de formas muy extrañas, aunque Carter personalmente no pasó mayores apuros.
En Nicaragua, las maldiciones han rondado nuestra historia y folklore popular desde hace rato. Cuando los sanguinarios Contreras acabaron con el obispo Antonio Valdivieso, la maldición pareció caer sobre León Viejo, el cual acabó en ruinas merced al Momotombo. Eso por no mencionar la maldición de chayules que se apoderó de San Carlos después de ser echado un cura católico de la zona, o la del empresario chinandegano que reza la leyenda que le juró al Uñudo que si hacía buenos reales, en cada zafra podría contar con las almas de varios trabajadores como su pago...lo cual siempre se cumple al morir varios obreros agrícolas en cada corte de caña.
Recientemente con el ataque terrorista a Estados Unidos se ha hablado mucho de la Maldición del Indio que se cierne sobre los presidentes electos en años 0.Tecumseh figura como uno de los caudillos indígenas más valientes de los Estados Unidos. El y su hermano, quien era profeta, luchaban contra la usurpación de sus tierras a manos del blanco. Cuando William Henry Harrison luchó contra Tecumseh en la batalla del Thames un 5 de octubre de 1813, resultando el indio shawnee asesinado, con su último aliento el caudillo lo maldijo a él y a todos los presidentes gringos que fueran electos en años con 0. Para comenzar, el odioso William Henry Harrison murió de pulmonía a un mes de ser drapeado con la banda presidencial, siendo el primer mandatario que moría en la Casa Blanca. Posteriormente, presidentes como Abraham Lincoln(electo en 1860), James Garfield (el gordiflón de la pasión desenfrenada, electo en 1880), William McKinley (electo en 1900) y hasta el zanganísimo John F. Kennedy(electo en 1960) fueron asesinados, haciéndonos pensar que Reagan al ser electo en 1980 se capeó de puro pelito de morir en 1981.
Cecilia Ruiz de Ríos
En una agitada clase de Historia Contemporánea II, una de mis alumnas me preguntó al mencionar a los Romanov y Rasputín si era cierto que el famoso y sexy "Monje Loco" le echó sal a Nicolás II afirmando que si algo le pasaba a él, la dinastía caería como castillo de naipes. La realidad es que aunque yo no creo en maldiciones, hay unas cuantas coincidencias raras en la historia.
Mientras le arrancaban las entrañas y lo capaban a plena vista y paciencia del público inglés en agosto de 1305, el gran independentista William Wallace le soltó una maldición a Eduardo I Pataslargas, afirmando que su dinastía(la de los Plantagenet) acabarían destronados por falta de heredero. También le susurró que las pagaría con su hijo Eduardo II, lo cual se cumplió, pues al subir al trono este hijo de Pataslargas se dedicó a protagonizar el bulto, el cuadro y el ridículo. El pobre homosexual acabó siendo destronado por su propia esposa y el amante de ésta, solo para luego ser ejecutado en el castillo Berkeley con hierros candentes introducidos por el trasero. Con el correr del tiempo la dinastía Plantagenet se fue deteriorando hasta ser un cero a la izquierda.
Felipe IV el Bello fue uno de los reyes más trágicos de Francia. Se le ocurrió no solo echarle el guante a la fortuna de los Templarios, sino que también hizo un asado con el Gran Maestre de esta orden, Jacques de Molay. Mientras las llamas devoraban al anciano Molay, éste maldijo a Felipe afirmando que sus tres hijos morirían sin herederos y que en menos de un año, el monarca y él se verían al otro lado de la muerte para ajustar cuentas. Esta no fue la única maldición caída sobre Felipe IV el Bello de Francia. Dado que se había dado a la tarea de mandar a su fiel Guillermo de Nogaret a sopapear al papa Bonifacio al mismito palacio de Agnani donde el sumo pontífice vivía, el papa en cuestión también lo maldijo antes de morir de pena moral tras ser nalgueado por Nogaret. Efectivamente, el pobre monarca murió antes de cumplirse un año de la muerte de Molay y Bonifacio, y sus tres hijos-quienes calentaron el taburete real por turno-todos murieron sin dejar el ansiado heredero varón.
A la hora de convocar a la "pava"(mala suerte), nadie le ganaba a Miguel de Nostradamus, el sabio médico y vidente judío que nos legó Las Centurias. Al sentir que la muerte se acercaba, el barbudísimo astrólogo afirmó que quien profanara su tumba y tocara sus huesos moriría de forma atroz. Esto se cumplió cuando siglos después que estiró la pata, unos soldados se pusieron a jugar con la huesera del vidente y uno de ellos incluso bebió vino usando el cráneo de Nostradamus como copa. Efectivamente, todos los involucrados en la desecración de la tumba de Nostradamus murieron violentamente, dos de ellos en accidentes increíbles y los otros tres asesinados.
Una gitana quien se acostó con el rey Felipe IV de España se llevó tamaño disgusto cuando el soberano no quiso volverse a refocilar con ella. Echando una maldición sobre el monarca, le juró que tendría con su segunda esposa un genuino monstruo con el cual acabaría la estirpe de los Habsburgo en España. Con su pariente y segunda consorte Mariana de Austria, Felipe IV efectivamente engendró a Carlos II, último monarca de la casa de Austria en España y uno de los tarados más espeluznantes de la historia.
Otra amante despechada se ensañó contra un monarca cuando éste no quiso reconocerle públicamente al hijo espurio que le dio. La húngara Zita Andrassy parió un chavalo ciego del emperador Francisco José I de Habsburgo, el flamante esposo de Sissi de Wittelsbach. Zita quiso que Francisco José le diera apellido y dinero por el chico, pero cuando él ni la recibió(estaba recién casado y loco enamorado de Sissi ) ella envió una nota diciendo que las pagaría con una maldición sobre su familia. Zita prometió muerte para una recién nacida(en efecto una de las hijas de la real pareja murió en la infancia), suicidio para el heredero(en efecto, Rodolfo se suicidó con su amante en enero de 1889), asesinato para Sissi (quien fue ultimada con una lima filosa en Suiza en 1898) y disgustos en su vejez para Francisco José I(quien peleó con su sobrino Francisco Ferndinando cuando contrajo matrimonio con Sofía Chotek, para colmo muriendo estos esposos asesinados en 1914 en Sarajevo).
Rasputín llegó a obtener grandes cuotas de poder sobre el zar Nicolás II Romanov debido a que era el único capaz de aliviar al hemofílico heredero al trono, Alexis. Rasputín jugaba a ser Dios con la política rusa, se hablaba de amoríos entre él y la zarina Alejandro y la gente le odiaba casi tanto como a los despilfarradores zares. Sabiendo que miembros de la nobleza le detestaban por su ascendente sobre la familia real, Rasputín emitió su advertencia con visos de maldición,"Si a mí me pasa algo, tú vas después a la muerte y el desastre," le dijo a Nicolás II. Rasputín fue asesinado un 30 de diciembre de 1916, ahogándose en gélidas aguas tras haber probado veneno y ser el blanco de varios tiros. Poco después, la revolución bolchevique llegó a su hervor y los zares con sus hijas, el heredero enclenque y hasta el perro spaniel Jimmy fueron ultimados un 16 de julio de 1918 en Ekaterinburgo.
Quizás una de las maldiciones más tenebrosas de la historia fue la que se cumplió al abrir el inglesito Carter la tumba del gran faraón egicpio Tutankhamen. Casi todos los involucrados en la apertura de la tumba murieron de formas muy extrañas, aunque Carter personalmente no pasó mayores apuros.
En Nicaragua, las maldiciones han rondado nuestra historia y folklore popular desde hace rato. Cuando los sanguinarios Contreras acabaron con el obispo Antonio Valdivieso, la maldición pareció caer sobre León Viejo, el cual acabó en ruinas merced al Momotombo. Eso por no mencionar la maldición de chayules que se apoderó de San Carlos después de ser echado un cura católico de la zona, o la del empresario chinandegano que reza la leyenda que le juró al Uñudo que si hacía buenos reales, en cada zafra podría contar con las almas de varios trabajadores como su pago...lo cual siempre se cumple al morir varios obreros agrícolas en cada corte de caña.
Recientemente con el ataque terrorista a Estados Unidos se ha hablado mucho de la Maldición del Indio que se cierne sobre los presidentes electos en años 0.Tecumseh figura como uno de los caudillos indígenas más valientes de los Estados Unidos. El y su hermano, quien era profeta, luchaban contra la usurpación de sus tierras a manos del blanco. Cuando William Henry Harrison luchó contra Tecumseh en la batalla del Thames un 5 de octubre de 1813, resultando el indio shawnee asesinado, con su último aliento el caudillo lo maldijo a él y a todos los presidentes gringos que fueran electos en años con 0. Para comenzar, el odioso William Henry Harrison murió de pulmonía a un mes de ser drapeado con la banda presidencial, siendo el primer mandatario que moría en la Casa Blanca. Posteriormente, presidentes como Abraham Lincoln(electo en 1860), James Garfield (el gordiflón de la pasión desenfrenada, electo en 1880), William McKinley (electo en 1900) y hasta el zanganísimo John F. Kennedy(electo en 1960) fueron asesinados, haciéndonos pensar que Reagan al ser electo en 1980 se capeó de puro pelito de morir en 1981.
No hay comentarios:
Publicar un comentario