¿OPORTUNO U OPORTUNISTA?:
VLADIMIR ILICH LENIN
Cecilia Ruiz de Ríos
Una de las figuras más influyentes entre los estadistas es indudablemente la del achinado ruso Vladimir Ilich Uliánov, más conocido como Lenín. Su novelesca vida abarca tragedia al morir su hermano a manos de los zaristas, un menage a trois con esposa y amante bajo el mismo techo, exilio, poder absoluto desde 1917 hasta su muerte, y un final tragicómico cuando después de presidir la Plaza Roja, sus pobres restos fueron a dar cual guiñapo indeseado al sótano de la historia, cuando su Unión Soviética se desmoronó como un pastel con demasiadas pasas rancias.
Nacido un 22 de abril de 1870, Lenín era una ensalada étnica, ya que era parte alemán luterano, parte calmuco budista, gran parte ruso y con un antepasado judío que nunca mencionaba. Desde bebe, con esa apariencia extraña ni su mami pudo decir que era buen mozo. Era el sexto hijo de un inspector de escuelas públicas de Simbirsk, pero no nació en la pobreza a como le gustaba proclamar luego. En mayo de 1887 un hermano mayor suyo fue ahorcado por haber participado en un intento de asesinato del adusto y ogresco zar Alejandro III. Mal alumno y malcriado de niño, sin embargo le gustaba leer tomos enteros de política y filosofía, y escuchaba solo música clásica. Siete meses después que su hermano mayor fuera ejecutado, Lenin fue arrestado por andar de revoltoso en una protesta estudiantil. En 1901 cambió su apellido por el de Lenin, pero para entonces ya había saboreado los barrotes de la prisión en 1895. Lenin habría de gestar su proyecto de revolución desde el exilio durante los siguientes 22 años, pasando penurias al verse enviado a Siberia, y luego al andar como cúcala desarbolada en Suiza, Alemania, Francia, Polonia e Inglaterra.
Durante su exilio ejerció el periodismo empírico, organizó sindicatos, y cuando en 1917 vio que los obreros y campesinos se le alzaron al pusilánime e inservible zar Nicolás II, aprovechó el caos que se dio en marzo para regresar y voltear a su favor la tortilla del relajo gubernamental que imperaba en Rusia. Tras una lucha encarnizada entre diversas facciones que pugnaban por el poder, la victoria sonrió a Lenin en noviembre de ese año y pudo obtener el control absoluto de su alborotado país. Seis años habría de permanecer de mandamás Lenin como el primer gobernante de un país socialista. Fueron años de trabajo intenso, tensiones, sangre, lucha y medidas despiadadas. Cuando Lenin yacía moribundo se preguntaba si había traicionado a quienes le llevaron al poder.
Se rascaba la calva preguntándose si sus sucesores serían peores gobernantes, y lloraba con la cara volteada hacia la pared. Dictó un memorándum indicando que se apartara a José Stalin de la secretaría general del partido comunista, y hasta se especuló que Lenín murió envenenado un 21 de enero de 1924 por mano de Stalin, aunque Stalin por su parte echó a andar la bola que el que envenenó a Lenin fue el judío Trotsky, fundador del ejército rojo.
Lenin era un hombre de profundas contradicciones. Aborrecía con pasión a los Romanov, pero un sirviente suyo afirmó que cuando se enteró de la masacre de Ekaterinburgo cuando eliminaron a la real familia que tanto daño le hizo a Rusia, tragó gordo y los ojos se le nublaron...sobre todo al saber que el perro Jimmy de la archiduquesa Anastasia había perecido también, Lenin en sus últimos días evitaba escuchar música clásica porque según el "me recuerda que tengo corazón, me alborota el lagrimal, y son dos lujos que no me puedo dar a estas alturas..."Su amor por los niños y los animales lo agobiaba, y se lamentaba no haber tenido hijos. Su mimo hacia sus mascotas, en particular hacia sus melenudos gatos, era comidilla de todos. Lenin fue un genuino workaholic que amó demasiado al trabajo y la revolución, y por eso sus tres relaciones amorosas con mujeres se dieron con damas que estaban involucradas en la misma lucha que él.
En 1895 tuvo amores con Apolinaria Yakubova, quien era organizadora y propagandista de sus actividades ilegales. Parece ser que Lenin le hizo una propuesta matrimonial y ella lo rechazó. Desde 1894, Lenin ya conocía a una profesora muy atractiva a pesar que se vestía como si su peor enemiga le escogía la vestimenta: Nadezhda Konstantinova Krupskaya. Era un año mayor que Lenin y una marxista consumada. Cuando en 1897 remitieron a Lenin a un exilio a Siberia por andar de revoltoso, Nadezhda quedó perpleja y un año más tarde, ella misma fue condenada a 3 años de exilio en Siberia. Nadezhda pidió permiso para pasar su exilio con su prometido Lenin, y el gobierno accedió a ponerlos juntos siempre que hubiera boda. Un 22 de julio de 1898 Lenin y Nadezhda se casaron.
Lenin y su esposa se compenetraban muy bien dado que ella asumió de inmediato el papel sumiso de buena secretaria, compañera, ayudante, cocinera y lavandera. Aceptaba sus decisiones sin chistar, y nunca hacía preguntas. Esta docilidad de Nadezhda permitió que Lenin tuviera devaneos sin preocuparse por la opinión de su esposa. En 1905 cuando vivía en San Petersburgo, Lenin vivía bajo el alias de William Frey y conoció a Elizabeth de K., una divorciada bonita, aventurera y muy rica. Lenin y su ricachona pasaron noches muy alegres mientras Nadezhda planchaba la ropa de Lenin sin mirar al reloj. Durante 9 años, Lenin sostuvo relaciones intermitentes con esta Elizabeth. Otra Elizabeth habría de llegar a ser la estrella del panorama amoroso de Lenin: Elizabeth d'’Herbenville Armand, llamada Inessa. Inessa contaba con 31 años cuando conoció a Lenín en París, y ya había roto su hogar abandonando a su marido y llevándose a sus cinco hijos con ella. Erudita, hablaba francés, alemán, inglés, ruso y un poco de español.
Antes de conocer a Lenin había vivido en unión libre con su cuñado, y también lo había desechado. Estudió con la feminista Ellen Key y hasta estuvo detenida por sus actividades radicales tras la lectura de la obra de Lenin Que Hacer.Ya había saboreado cárcel y exilio, del cual logró escapar. Al conocer a Lenin se materializaba uno de sus sueños. Inessa no puso reparo alguno porque Lenin estuviera ya matrimoniado. Insistió en conocer a Nadezhda y pronto se hicieron grandes amigas. Nadezhda llegó a sentir vivo afecto por la querida de su esposo, y en varias ocasiones los tres vivieron alegremente bajo un mismo techo y en la misma cama. Desgraciadamente, la vida irregular de Inessa había debilitado su salud y en 1920 un violento ataque de tifus la remitió primero a la cama y luego a la tumba. Lenin creyó que moriría también. No solo echaba de menos a su amante, sino a la compañera de lucha que Inessa había sido. Durante el funeral de Inessa, lució tan lacrimoso y abatido que muchos creyeron que pasarían pocos días antes de que Lenin la siguiera a la tumba. Nadezhda también la lloró. Tras la muerte de Inessa, Lenin comenzó a mostrar un claro declive en su salud. Comía poco, trabajaba demasiado, y se mostraba hosco y huraño. Aunque Nadezhda nunca le dio motivo de enojo, se mostraba remoto y callado con ella. Se hizo más drástico e intolerante, y comenzó a pensar demasiado en la muerte.
Lenin falleció tras larga enfermedad un 21 de enero de 1924. Había sufrida varios ataques y estaba a poco de ser un vegetal. Su pobre y menudo cuerpo fue embalsamado y remitido a una vitrina de vidrio empotrada en la Plaza Roja.Su viuda Nadezhda siguió viviendo en el sencillo apartamento de cuatro habitaciones hasta que ella murió a los 70 años un 27 de febrero de 1939. Lenin durante su vida se vio duramente criticado por diversos sectores, incluso dentro de la misma Rusia. Cuando firmó el Tratado de Brest Litovsk retirando a Rusia de la I Guerra Mundial y permitiendo que los alemanes se comieran buenos trozos de territorio ruso, muchos lo calificaron de entreguista. El 30 de agosto de 1918 hubo un atentado fallido en contra suya por parte de un socialista. Las tensiones que existían dentro de la nomenclatura del partido comunista al momento de su muerte indican que Lenin hubiera preferido dejar al fundador del ejercito rojo, Lev Davidovich Bronski(Trotsky) como sucesor, pero Stalin, a pesar de que Lenin ordenó su aislamiento, logró quedarse en el taburete del mando.
El nombre de Lenin ha pasado a ser palabra prohibida en círculos de ultraderecha, y obscenidad para los capitalistas. Venerado como casi un santo ateo en la Unión Sovietica, cuando en la década del 90 el socialismo se derrumbó en su país, Lenin dejó de ser la atracción turística de calidad superestelar, y sus restos, tan venerados hasta entonces, fueron removidos de la Plaza Roja.Su nombre pasó al lado de el de los tiranossaurius rex de la historia natural y aunque aún tiene la virtud de sacar ronchas a los explotadores capitalistas, indudablemente que su carisma ya está algo gastadita, y no faltan quienes afirman que sencillamente aprovechó una coyuntura política para tomar el poder, catalogándolo de oportunista. Sin embargo, nadie puede negarle su importancia como uno de los más influyentes estadistas de todos los tiempos, y una figura clave en el panorama del siglo XX
VLADIMIR ILICH LENIN
Cecilia Ruiz de Ríos
Una de las figuras más influyentes entre los estadistas es indudablemente la del achinado ruso Vladimir Ilich Uliánov, más conocido como Lenín. Su novelesca vida abarca tragedia al morir su hermano a manos de los zaristas, un menage a trois con esposa y amante bajo el mismo techo, exilio, poder absoluto desde 1917 hasta su muerte, y un final tragicómico cuando después de presidir la Plaza Roja, sus pobres restos fueron a dar cual guiñapo indeseado al sótano de la historia, cuando su Unión Soviética se desmoronó como un pastel con demasiadas pasas rancias.
Nacido un 22 de abril de 1870, Lenín era una ensalada étnica, ya que era parte alemán luterano, parte calmuco budista, gran parte ruso y con un antepasado judío que nunca mencionaba. Desde bebe, con esa apariencia extraña ni su mami pudo decir que era buen mozo. Era el sexto hijo de un inspector de escuelas públicas de Simbirsk, pero no nació en la pobreza a como le gustaba proclamar luego. En mayo de 1887 un hermano mayor suyo fue ahorcado por haber participado en un intento de asesinato del adusto y ogresco zar Alejandro III. Mal alumno y malcriado de niño, sin embargo le gustaba leer tomos enteros de política y filosofía, y escuchaba solo música clásica. Siete meses después que su hermano mayor fuera ejecutado, Lenin fue arrestado por andar de revoltoso en una protesta estudiantil. En 1901 cambió su apellido por el de Lenin, pero para entonces ya había saboreado los barrotes de la prisión en 1895. Lenin habría de gestar su proyecto de revolución desde el exilio durante los siguientes 22 años, pasando penurias al verse enviado a Siberia, y luego al andar como cúcala desarbolada en Suiza, Alemania, Francia, Polonia e Inglaterra.
Durante su exilio ejerció el periodismo empírico, organizó sindicatos, y cuando en 1917 vio que los obreros y campesinos se le alzaron al pusilánime e inservible zar Nicolás II, aprovechó el caos que se dio en marzo para regresar y voltear a su favor la tortilla del relajo gubernamental que imperaba en Rusia. Tras una lucha encarnizada entre diversas facciones que pugnaban por el poder, la victoria sonrió a Lenin en noviembre de ese año y pudo obtener el control absoluto de su alborotado país. Seis años habría de permanecer de mandamás Lenin como el primer gobernante de un país socialista. Fueron años de trabajo intenso, tensiones, sangre, lucha y medidas despiadadas. Cuando Lenin yacía moribundo se preguntaba si había traicionado a quienes le llevaron al poder.
Se rascaba la calva preguntándose si sus sucesores serían peores gobernantes, y lloraba con la cara volteada hacia la pared. Dictó un memorándum indicando que se apartara a José Stalin de la secretaría general del partido comunista, y hasta se especuló que Lenín murió envenenado un 21 de enero de 1924 por mano de Stalin, aunque Stalin por su parte echó a andar la bola que el que envenenó a Lenin fue el judío Trotsky, fundador del ejército rojo.
Lenin era un hombre de profundas contradicciones. Aborrecía con pasión a los Romanov, pero un sirviente suyo afirmó que cuando se enteró de la masacre de Ekaterinburgo cuando eliminaron a la real familia que tanto daño le hizo a Rusia, tragó gordo y los ojos se le nublaron...sobre todo al saber que el perro Jimmy de la archiduquesa Anastasia había perecido también, Lenin en sus últimos días evitaba escuchar música clásica porque según el "me recuerda que tengo corazón, me alborota el lagrimal, y son dos lujos que no me puedo dar a estas alturas..."Su amor por los niños y los animales lo agobiaba, y se lamentaba no haber tenido hijos. Su mimo hacia sus mascotas, en particular hacia sus melenudos gatos, era comidilla de todos. Lenin fue un genuino workaholic que amó demasiado al trabajo y la revolución, y por eso sus tres relaciones amorosas con mujeres se dieron con damas que estaban involucradas en la misma lucha que él.
En 1895 tuvo amores con Apolinaria Yakubova, quien era organizadora y propagandista de sus actividades ilegales. Parece ser que Lenin le hizo una propuesta matrimonial y ella lo rechazó. Desde 1894, Lenin ya conocía a una profesora muy atractiva a pesar que se vestía como si su peor enemiga le escogía la vestimenta: Nadezhda Konstantinova Krupskaya. Era un año mayor que Lenin y una marxista consumada. Cuando en 1897 remitieron a Lenin a un exilio a Siberia por andar de revoltoso, Nadezhda quedó perpleja y un año más tarde, ella misma fue condenada a 3 años de exilio en Siberia. Nadezhda pidió permiso para pasar su exilio con su prometido Lenin, y el gobierno accedió a ponerlos juntos siempre que hubiera boda. Un 22 de julio de 1898 Lenin y Nadezhda se casaron.
Lenin y su esposa se compenetraban muy bien dado que ella asumió de inmediato el papel sumiso de buena secretaria, compañera, ayudante, cocinera y lavandera. Aceptaba sus decisiones sin chistar, y nunca hacía preguntas. Esta docilidad de Nadezhda permitió que Lenin tuviera devaneos sin preocuparse por la opinión de su esposa. En 1905 cuando vivía en San Petersburgo, Lenin vivía bajo el alias de William Frey y conoció a Elizabeth de K., una divorciada bonita, aventurera y muy rica. Lenin y su ricachona pasaron noches muy alegres mientras Nadezhda planchaba la ropa de Lenin sin mirar al reloj. Durante 9 años, Lenin sostuvo relaciones intermitentes con esta Elizabeth. Otra Elizabeth habría de llegar a ser la estrella del panorama amoroso de Lenin: Elizabeth d'’Herbenville Armand, llamada Inessa. Inessa contaba con 31 años cuando conoció a Lenín en París, y ya había roto su hogar abandonando a su marido y llevándose a sus cinco hijos con ella. Erudita, hablaba francés, alemán, inglés, ruso y un poco de español.
Antes de conocer a Lenin había vivido en unión libre con su cuñado, y también lo había desechado. Estudió con la feminista Ellen Key y hasta estuvo detenida por sus actividades radicales tras la lectura de la obra de Lenin Que Hacer.Ya había saboreado cárcel y exilio, del cual logró escapar. Al conocer a Lenin se materializaba uno de sus sueños. Inessa no puso reparo alguno porque Lenin estuviera ya matrimoniado. Insistió en conocer a Nadezhda y pronto se hicieron grandes amigas. Nadezhda llegó a sentir vivo afecto por la querida de su esposo, y en varias ocasiones los tres vivieron alegremente bajo un mismo techo y en la misma cama. Desgraciadamente, la vida irregular de Inessa había debilitado su salud y en 1920 un violento ataque de tifus la remitió primero a la cama y luego a la tumba. Lenin creyó que moriría también. No solo echaba de menos a su amante, sino a la compañera de lucha que Inessa había sido. Durante el funeral de Inessa, lució tan lacrimoso y abatido que muchos creyeron que pasarían pocos días antes de que Lenin la siguiera a la tumba. Nadezhda también la lloró. Tras la muerte de Inessa, Lenin comenzó a mostrar un claro declive en su salud. Comía poco, trabajaba demasiado, y se mostraba hosco y huraño. Aunque Nadezhda nunca le dio motivo de enojo, se mostraba remoto y callado con ella. Se hizo más drástico e intolerante, y comenzó a pensar demasiado en la muerte.
Lenin falleció tras larga enfermedad un 21 de enero de 1924. Había sufrida varios ataques y estaba a poco de ser un vegetal. Su pobre y menudo cuerpo fue embalsamado y remitido a una vitrina de vidrio empotrada en la Plaza Roja.Su viuda Nadezhda siguió viviendo en el sencillo apartamento de cuatro habitaciones hasta que ella murió a los 70 años un 27 de febrero de 1939. Lenin durante su vida se vio duramente criticado por diversos sectores, incluso dentro de la misma Rusia. Cuando firmó el Tratado de Brest Litovsk retirando a Rusia de la I Guerra Mundial y permitiendo que los alemanes se comieran buenos trozos de territorio ruso, muchos lo calificaron de entreguista. El 30 de agosto de 1918 hubo un atentado fallido en contra suya por parte de un socialista. Las tensiones que existían dentro de la nomenclatura del partido comunista al momento de su muerte indican que Lenin hubiera preferido dejar al fundador del ejercito rojo, Lev Davidovich Bronski(Trotsky) como sucesor, pero Stalin, a pesar de que Lenin ordenó su aislamiento, logró quedarse en el taburete del mando.
El nombre de Lenin ha pasado a ser palabra prohibida en círculos de ultraderecha, y obscenidad para los capitalistas. Venerado como casi un santo ateo en la Unión Sovietica, cuando en la década del 90 el socialismo se derrumbó en su país, Lenin dejó de ser la atracción turística de calidad superestelar, y sus restos, tan venerados hasta entonces, fueron removidos de la Plaza Roja.Su nombre pasó al lado de el de los tiranossaurius rex de la historia natural y aunque aún tiene la virtud de sacar ronchas a los explotadores capitalistas, indudablemente que su carisma ya está algo gastadita, y no faltan quienes afirman que sencillamente aprovechó una coyuntura política para tomar el poder, catalogándolo de oportunista. Sin embargo, nadie puede negarle su importancia como uno de los más influyentes estadistas de todos los tiempos, y una figura clave en el panorama del siglo XX
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